Nesti casu, la inauguración contó cola collaboración y el entusiasmu de los vecinos, a los que tamos enormemente agradecios, por aguantar el chaparrón con nosotros. Sin ellos, l'exitu de la convocatoria, hubiera sio relativu.
Por eso, y ante la petición de varia xente allí presente, dexamosbos, nel nuesu mediu informativu, el flamante discursu de su maxestá el Rey Juan Carlos I de Esparta; digo, d'España, pero antes, dende LA SEMIENTE, tenemos daqué que decibos....
GRACIES!
DISCURSO DEL REY (CEMPA)
Señor presidente del principado,
señor delegado del gobierno, señora alcaldesa, señores consejeros,
representantes de la iglesia y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del
estado, señores concejales y pueblo de Asturias en general…
En este complejo momento
histórico, en el que el pueblo llano tiene que esforzarse duramente para
superar las dificultades del día a día, en el que la tasa de paro no deja de
aumentar y en el que la gente, no solamente tiene problemas para cubrir sus necesidades
más inmediatas como comida o vivienda a nivel individual, sino que a nivel
colectivo tiene que enfrentarse a recortes en las prestaciones de servicios
básicos para el desarrollo y bienestar social, como la educación o la salud. En
estos momentos en suma, en los que la ciudadanía tiene que luchar con una
crisis que las élites político- económicas hemos creado para llenarnos los
bolsillos a costa de sus problemas, me llena de orgullo y satisfacción
reinaugurar este Centro de Estudios Medioambientales, como uno más de los
muchos ejemplos de que los gestores de la hacienda pública invierten el dinero
que, a través de los impuestos el pueblo ha confiado a su cuidado, con mesura,
inteligencia y clara visión de futuro.
El Centro de Estudios
Medioambientales de S.M.R.A. depende del Principado de Asturias, cuyo título
ostenta mi hijo con orgullo a pesar de que, como a mí, nadie nos ha elegido
para ello. Sin embargo, el hecho de que nuestra posición y privilegios procedan
directamente de la voluntad divina, y no de la voluntad popular libremente
expresada en las urnas, no es óbice, cortapisa ni valladar para que nos
sintamos plenamente identificados con los pobres mortales que tienen que pasar
por la pantomima de unas elecciones, para legitimar su derecho a manejar las
llaves de las arcas públicas, y por tanto, es para nosotros un honor, a la par
que una obligación, descender a su nivel para hacerles llegar nuestras palabras
de agradecimiento por manejar los caudales públicos con la sensatez necesaria
para evitar despilfarros y derroches inútiles, con la transparencia debida para
que nadie pueda albergar ni la más minima sospecha de que el dinero de todos
acaba en el bolsillo de unos pocos, y con la previsión, oportunidad e
inteligencia imprescindibles para garantizar que las inversiones realizadas con
dichos caudales públicos, revierten en la ciudadanía a través de obras que
aumenten el bienestar social, y cuya utilidad y beneficio sean patentes a los
ojos de todos, como es el caso del edificio que tengo a mis espaldas, el cual,
como ya he dicho, me llena de orgullo y satisfacción declarar oficialmente RE-
INAUGURADO
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